Hace
unas semanas se abrieron al tráfico los nuevos accesos a Bilbao por San Mamés,
para proceder al cierre del viaducto de Sabino Arana.
Todos andábamos
preocupadísimos por si las nuevas infraestructuras absorberían el tráfico que
venía entrando por el viaducto, los vecinos de Sabino Arana contentos por dejar
de tener ruidos y humos, los vecinos de Luís Briñas preocupados por la
desaparición de plazas de aparcamiento y el aumento de tráfico por su calle…
Como
en la mayoría de los casos, el concepto de ciudad es muy limitado y la
movilidad del resto de vecinos de Bilbao se subordina a otras necesidades.
Porque
si usted va cargada de maletas en ciertos barrios de Bilbao y pretende coger un
autobús que en su frontal señala que finaliza trayecto en Termibús, ojo que lo
lleva crudo.
Desde
el 30 de abril, para los vecinos de Zurbaranbarri, Arabella y zonas limítrofes,
barrios altos, altísimos de Bilbao, con el Bilbobus como único transporte
colectivo cercano que le lleve a Termibus o le acerque a Basurto, sepa que el
autobús ahora le deja en Alameda de Urquijo 100, junto al antiguo San Mamés.
Si tiene movilidad reducida o con bultos, tendrá que andar un trecho
largo.
Y
lo mejor viene ahora, cuando empezamos a conocer que los planes del
Ayuntamiento son reducir frecuencias, líneas y terminar el trayecto del 62 en
Sagrado Corazón.
Usted
se queja por nada, le dirán en algunas instancias, como ya ocurrió con los
vecinos que reclamaban un transporte colectivo que les acercase a Santutxu como
trayecto natural de estos barrios para hacer compras e ir a hacer gestiones.
Tiene metro en Santutxu, tranvía en Atxuri y hasta servicio de alquiler de
bicicletas en el Parque Etxebarria si quiere desplazarse por la ciudad.
Teniendo
en cuenta que el tiempo máximo de transbordo entre autobuses es de 45 minutos,
cruzar Bilbao de punta a punta se le puede poner por un pico.
Como
parece ser que los planes del Ayuntamiento son convertir Bilbao en una ciudad
amable para el turista, pero sin pensar para nada en el vecino que viva más
allá de Abando, pronto será más fácil irse a vivir a Londres y venir a trabajar
todos los días al botxo.
Los
vecinos de Zurbaran-Arabella ya han empezado a poner carteles por el barrio llamando
a los usuarios a presentar hojas de reclamaciones en las oficinas de Bilbobus
ante estos recortes y desmantelamiento progresivo del servicio municipal de
autobuses, como siempre, sin información y con todo el ocultismo posible, marca
Azkuna.
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